En tiempos de crisis y de una cierta desorientación de nuestra sociedad, donde además de las cuestiones económicas aparecen elementos nuevos, como la revisión de nuestro modelo productivo y generador de riqueza o situaciones de desconcierto como la producida por la nueva gripe, hemos de echar mano de las recetas clásicas para serenar la situación, generar confianza y planificar las actuaciones de futuro.
Se dice que está casi todo inventado, y también que de las grandes crisis surgen nuevas energías (sin duda le pasará al Real Madrid después del partido del sábado contra el Barcelona, como ya le ha pasado a éste en más de una ocasión). Es el momento de la reflexión, y es imprescindible no errar ni en la diagnosis ni en la terapia.
Está demostrado que un buen proyecto, con objetivos claros, con los papeles y las responsabilidades bien determinadas y con un liderazgo que genere confianza e ilusión, se pueden conseguir grandes cosas. Es el eje fundamental para afrontar las adversidades con fortaleza, para salir airoso de las embestidas del adversario, de las bravuconerías, de las recetas fáciles pero sin fundamento, de los ataques demagógicos que tienen por destino únicamente minar la moral, en definitiva, un buen proyecto, un buen equipo y un buen liderazgo es el mejor camino para alcanzar el éxito.
Esto es lo que en estos días estamos viviendo con el FC Barcelona.
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