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martes, 24 de abril de 2012

Refundar Europa desde la solidaridad


                                      Foto:François Hollande y Sigmar Gabriel

El pasado domingo, los resultados de la primera vuelta de las elecciones en Francia aportaron un aire de esperanza a muchos europeos que pensamos que hay otra manera de hacer política en Europa para salir de la crisis. La victoria de François Hollande puede ser un primer paso para que en Europa se reinstale una política pensada para y por los ciudadanos, donde los famosos mercados queden subordinados a las decisiones políticas en favor de los intereses de los ciudadanos.
En esta línea, el pasado 17 de abril, El País publicó un artículo del Presidente del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) Sigmar Gabriel, que va en esa línea y traza un horizonte radicalmente diferente al impuesto por Merkel y Sarkozy estos últimos años.
Creo que vale la pena leerlo.

 

Refundar Europa desde la solidaridad

El neoliberalismo ha tocado a su fin. Necesitamos una economía social

Europa está ante una encrucijada histórica en la que se decidirá el futuro común. ¿Lograremos dar una respuesta conjunta a la crisis financiera y monetaria, oponiendo reglas a los desencadenados mercados financieros? ¿Conseguiremos, desde la crisis, desplegar una nueva dinámica para una mayor integración europea? ¿O permitiremos, por el contrario, que Europa se deje desmembrar por los mercados financieros, con el peligro de que revivan antiguos nacionalismos y de que Europa se sitúe a sí misma en un limbo político y económico?
Estamos ante un cambio de época. La era del radicalismo del mercado y del neoliberalismo está tocando a su fin. Sus paladines están antes las ruinas de sus propias teorías. Durante casi 30 años han predicado que solo la libertad de los mercados posibilitaría el progreso de la sociedad. Esa fue la doctrina dominante en la política y en la llamada ciencia económica. Todo esto se ha derrumbado con estrépito con la crisis financiera de 2009. Los mercados liberalizados y desregulados no han trabajado de forma eficiente, sino todo lo contrario. Quienes difundieron estas fatales creencias en el mercado no eran siquiera economistas, sino teólogos. Han anunciado dogmas de fe y defendido intereses bien concretos, que estaban más allá del bien común.
Como respuesta a estos nuevos desafíos ya no sirven las recetas de entonces. Como socialdemócratas y socialistas europeos sabemos que vivimos un tiempo que exige respuestas nuevas y distintas.
No cabe esperar esas respuestas de los conservadores y liberales de Europa. Ni siquiera ahora quieren darse por aludidos de que han fracasado sus ideas de mercados libres y autosuficientes. Cuando Angela Merkel habla de que lo que hoy se trata es de las “democracias conformes a mercado”, se desenmascara a sí misma y muestra que ella, y sus colegas conservadores, siguen sin entender lo decisivo de este cambio de época. Como socialdemócratas y socialistas europeos afirmamos: necesitamos mercados conformes a la democracia, mercados que se adecuen a una política democrática. Sabemos que Europa es el lugar en el que tenemos que librar de forma conjunta esta lucha política. En esto estriba hoy la gran unidad de los socialdemócratas y socialistas europeos: Europa puede y debe ser el lugar en el que, juntos, domeñemos por segunda vez al capitalismo… en particular, al capitalismo financiero. Lo que necesitamos es una europeización de la economía social de mercado orientada al bienestar a largo plazo de tantos como sea posible, no al beneficio rápido de unos pocos.
No podemos dejar a Europa en manos de los gestores de empresas
Los jefes de Estado y de Gobierno de Europa, predominantemente conservadores, se han dejado manejar durante demasiado tiempo por los mercados. Con reiteradas operaciones de rescate han intentado ganar tiempo, sin atacar la crisis en sus raíces ni poner en su sitio a los mercados financieros.
Y, de forma unilateral, han dado de esta crisis una definición que solo es cierta en algunas partes: por ejemplo, como crisis de deuda de determinados Estados de la UE cuyas finanzas públicas se han descontrolado y cuya competitividad se ha desplomado. En el caso de Grecia, semejante perspectiva podría tener una cierta justificación. En los de Irlanda y España, sin embargo, elude el núcleo del problema. Estos países exhibían, antes de la irrupción de la crisis financiera, unas finanzas públicas ejemplares. Aquí fue sobre todo la crisis financiera internacional la que obligó a ambos Estados a endeudarse masivamente para evitar el colapso de su banca.
Los conservadores y liberales de Europa intentan ocultar esta influencia de la crisis financiera internacional. En vez de sujetar realmente a control a los mercados financieros, en lugar de acometer los problemas estructurales de la eurozona a través de una política económica, financiera y social coordinada de forma efectiva, Europa se somete a un único dictado de ahorro, que no es ni económicamente racional ni socialmente justo. Bajo un nuevo signo, los conservadores y liberales europeos mantienen con vida las ideas y conceptos neoliberales que han fracasado con la crisis: en la medida en que los mercados financieros pueden seguir desarrollando su juego especulativo y en la medida en que los Estados se sujetan a un dictado unilateral de ahorro, cuyo resultado es menores servicios públicos, menor justicia social, más privatización y más libertad de mercado.
Como socialdemócratas y socialistas europeos queremos una política distinta para Europa. Queremos conjugar solidez financiera con solidaridad europea, disciplina presupuestaria con crecimiento y empleo.
1) El pacto fiscal europeo es un paso importante para garantizar unas sólidas finanzas públicas en Europa. Sin embargo, está orientado de forma excesivamente unilateral al ahorro y a la austeridad. Por ello queremos que se complemente con un impulso conjunto europeo hacia el crecimiento y el empleo.
2) Queremos que los mercados financieros sean sometidos a reglas claramente más estrictas y que participen de los costes de la crisis mediante un impuesto a las transacciones financieras. Los fondos de este impuesto podrían ser aportados a un programa económico y de innovación, una especie de Plan Marshall europeo del que tendría que beneficiarse sobre todo Europa meridional.
3) Queremos que a Europa se le dé una fuerte orientación social: a través de una iniciativa común contra el desempleo juvenil, que ha alcanzado en algunos países niveles preocupantes, a través de un estándar social mínimo y salarios justos en toda Europa. Queremos luchar por que las personas vuelvan a tener esto presente: Europa es una comunidad que protege a ciudadanas y ciudadanos.
4) Y sabemos también que Europa, en la crisis, tiene que seguir avanzando en la integración y requiere unos fundamentos democráticos aún más sólidos. Como contrapeso a la política de cénaculo de los jefes de Estado y Gobierno en las cumbres de la UE, el Parlamento Europeo debe convertirse en el lugar central de la decisión política y la democracia europea.
Cuando se habla hoy de Europa, se hace cada vez menos en relación a la paz y la reconciliación, la libertad y la emancipación, y más con conceptos de la economía financiera de mercado: fondo de rescate, mecanismo de estabilidad o endeudamiento. El discurso sobre Europa, que anteriormente era un discurso de ideas políticas, se desarrolla hoy cada vez más en el vocabulario de los gestores empresariales. ¡Pero no podemos dejar a Europa en manos de los gestores de empresas!
Porque Europa es mucho más. Más que el euro, más que un mercado común. Más también que los tratados e instituciones que hoy mantienen unida a la Unión Europea. Europa es también, y sobre todo, una grandiosa idea de coexistencia de personas y pueblos. Refundar este contrato social de ciudadanas y ciudadanos, en diálogo y alianza con los grupos sociales y los socios de la Unión, es una de las grandes tareas a las que puede y debe dedicarse la socialdemocracia en Europa. Europa como comunidad protectora y representación de los intereses de las ciudadanas y ciudadanos en el mundo de mañana: esa es la imagen que del futuro de la nueva y distinta Europa del siglo XXI tenemos nosotros, socialdemócratas y socialistas.

Sigmar Gabriel es el presidente del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD)

domingo, 22 de abril de 2012

El PSC, un partit municipalista

 

Ahir es va celebrar a Sant Joan Despí una convenció municipalista del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) a la qual vaig participar juntament amb els regidors i regidores del PSC a Ripollet. L’acte, que va durar tot el matí, va girar entorn a la presentació del programa municipalista del PSC per aquest mandat i la intervenció de dirigents del partit i de persones representatives de la societat civil.
Un acte innovador, obert i de reflexió política on es  va destacar l’aportació i la feina feta pel socialisme català als Ajuntaments, però sobretot, una mirada al futur, amb optimisme i esperança.
El PSC sempre ha estat un partit eminentment municipalista, arrelat al territori, a prop de la gent i dels seus problemes. Un esperit que hem de potenciar per recuperar la força que hem perdut a les darreres eleccions.
La Secretaria de Política Municipal, que dirigeix Manuel Bustos, va ser l’encarregada d’organitzar la jornada, que va ser tot un èxit d’assistència d’alcaldes, alcaldesses, regidors i regidores de tot Catalunya.
Pere Navarro, el nostre Primer Secretari va dir, entre d’altres coses que “el model de la dreta a Espanya i Catalunya és el d’una societat de dues velocitats, en què uns se’n surten i els altres queden al marge”
Gaspar Zarrias, Secretario de Ciudades y Política Municipal del PSOE va dir que “Nunca un gobierno hizo tanto daño a tanta gente en tan poco tiempo” como ha hecho el Partido Popular en estos poco más de tres meses de gobierno.
Dani Fernández, Secretari d’Organització del PSC va dir que el Partit Popular està aprofitant la crisi per canviar el nostre model de societat, atacant els quatre pilars del Estat del Benestar (Eduació, Sanitat, Pensions i Dependència), eliminant drets laborals dels treballadors amb la reforma laboral, amb una política involutiva en quan a l’estat de les autonomies, desqualificant la gestió municipal, tornant a uns mitjans de comunicació polititzats i dirigits pel govern o criminalitzant les mobilitzacions ciutadanes per reduir les nostres llibertats.
Altres persones que van intervenir:
Àngels Guiteras, Presidenta de la Taula del Tercer Sector de Catalunya
Josep marquès, President de Creu Roja de Catalunya
Miquel Martínez, pedagog i exvicerector de a UB
Sebas Barranco, metge i expert en salut pública
Josep González, President de PIMEC
Gervasio Deferr, bicampió olímpic de gimnàstica artística
Abel Folk, actor de teatre
Tots ells van donar una visió del que està passant des de la seva perspectiva professional o acadèmica.
Per últim, el Secretari d’Acció Política del PSC Antonio Balmón, va fer un discurs, barrejant autocrítica i esperança en el futur. Ens va dir que la gent, abans ens veia com ells i ara no. Alguna cosa no hem fet be. Hem de recuperar la frescor en el discurs i hem de modificar les nostres conductes en la relació amb la gent, per estar a prop d’ells i dels seus problemes.



Declaració pública dels i les electes del PSC-PM a la Jornada de política municipal
Estem vivint un moment difícil, un moment d’incerteses per a tots i totes, viscuts de forma especialment difícil des dels municipis.
Els ciutadans i les ciutadanes acudeixen als ajuntaments amb noves necessitats i noves problemàtiques. I hem de donar noves respostes i solucions. Sovint amb carència de competències i finançament per a fer-hi front.
El moment excepcional que vivim i que s’està agreujant amb les decisions equivocades per part dels Govern de la Generalitat de Catalunya i del Govern d’Espanya que estan comprometent l’autonomia local, el normal progrés de la gestió municipal i el manteniment del nostre preuat Estat del Benestar.
Els governs locals socialistes estem gestionant amb responsabilitat el nou panorama. Ho estem fent amb el compromís dels nostres electes i amb la dedicació i professionalitat dels treballadors i treballadores públics. Però no per això deixarem de reivindicar l’escenari just i desitjable per continuar fent dels nostres municipis espais d’oportunitats, de convivència, de progrés i de justícia social.
En l’àmbit econòmic els ajuntaments de Catalunya hem arribat a una situació financera límit. L’estat de les finances locals, històricament precària, s’ha vist agreujada per diferents factors.
La manca d’ingressos propis, el descens generalitzat de l’activitat econòmica i la disminució de les transferències de recursos al ajuntaments per part de l’Estat i la Generalitat estan portant els ajuntaments a l’ofegament econòmic. A més, les mesures aprovades pels diferents governs no només no milloren aquesta situació financera, sinó que limiten l’autonomia local. Els plans d’ajustament impulsats des del Govern de l’Estat o des del Govern de la Generalitat incideixen directament en el territori, incideixen directament en la capacitat de govern dels ajuntaments, i per tant en la qualitat de vida dels ciutadans i les ciutadanes. Les retallades en serveis com l’educació, la salut, els serveis socials i d’ocupació comprometen directament la cohesió en els municipis.
Els serveis locals d’ocupació i promoció econòmica han contribuït a la generació d’empreses i llocs de treball arrelats al territori, han generat oportunitats d’ocupació directa amb programes de formació-ocupació i han col·laborat directament en la formació per a l’ocupació de molt treballadors i treballadores. Els municipis han estat protagonistes del desenvolupament local i de la transformació i manteniment del teixit productiu al territori. Aquesta capacitat d’actuació i transformació també està ara compromesa amb l’asfíxia econòmica a la que estan sotmesos.
El debat econòmic s’ha traslladat a l’àmbit local, acusant injustament els municipis d’uns excessos en la gestió que no són fidels a la realitat. La Generalitat ha de pagar el seu deute, responsabilitzar-se d’allò que està compromès, perquè són recursos assignats a serveis prestats. La Generalitat ha d’actuar amb lleialtat envers els ajuntaments, i ho ha de fer amb transparència i evitant qualsevol desequilibri en el territori.
En l’àmbit de l’organització pública, s’ha obert el debat al voltant de la simplificació administrativa, associant aprimament amb millora econòmica. Des del Partit dels Socialistes de Catalunya no defugim cap debat, i estem disposats a iniciar un debat responsable, serè i documentat sobre l’evolució i reajustament dels organismes públics i els diferents nivells d’administració.
Si cal posar a debat i en discussió les atribucions, pressupostos, competències, funcionament intern i representació pública d’ajuntaments i consells comarcals, estem disposats a fer-ho. Sempre que les noves solucions siguin fetes des d’una òptica de servei públic. Aprimar no és equivalent a ser més eficaços. Cal racionalitzar, i optimitzar. Evitar duplicitats i classificar la gestió i la prestació de recursos.
S’ha de reduir el dèficit, però l’objectiu primer és donar servei als ciutadans i ciutadanes, i no podem menysprear la tasca duta a terme fins ara en aquest sentit. Existeixen línies vermelles que el PSC no està disposat a traspassar.
Creiem en l’organització pública, en l’estat del benestar, en els serveis que són drets de ciutadania, i en l’accés universal a drets bàsics com l’educació, la salut, els serveis socials, els d’ocupació i la cultura. Hem de gestionar amb més intel·ligència i optimitzant els recursos existents, i sobretot fent partícips els ciutadans de la gestió i el manteniment d’allò que és de tots, però sense renunciar a donar accés en igualtat d’oportunitats a tots i totes.
El debat de l’aprimament de l’administració ha arribat fins al plantejament de la supressió de municipis. Creiem que darrera d’aquestes afirmacions s’hi amaga un enorme desconeixement del món local i de la tasca que duen a terme els municipis i que contribueix, de forma irresponsable, al descrèdit i culpabilització constant de la política i la conseqüent penalització dels serveis públics.
El PSC no donarà suport, de cap de les maneres, a aquesta campanya.
Som i serem responsables. Defensem i posem en valor la tasca inestimable i sovint infravalorada de les persones electes locals dels petits municipis. Defensem i reivindiquem la dedicació, la passió i el compromís amb què els electes locals van més enllà de les seves atribucions en la defensa dels interessos del seu poble o vila. Ens oposem, frontalment, a la supressió de municipis. Cal posar en valor la solidaritat, la cooperació i el treball en xarxa. Valors que poden ajudar a gestionar de forma intel·ligent i sensible, mantenint el nivell de compromís del món local amb els veïns i veïnes. La solució es troba en la mancomunació de serveis, i segurament l’evolució de nivells de l’administració com els consells comarcals en òrgans de gestió tècnics dirigits políticament des del consell d’alcaldes.
La gestió ha de ser àgil, eficient i eficaç i ha d’estar al servei dels ciutadans. Des del PSC proposem treballar intensament en els àmbits indefugibles de compromís del món local. Responem a les nostres obligacions complint amb les competències locals, però creiem que governar el municipi és quelcom més. Governar és prendre partit i defensar la plenitud i dignitat de la vida de les persones. Per això defensem, en l’àmbit local, la garantia dels serveis socials bàsics, de la salut, d’accés a l’habitatge, a l’educació i a l’oferta d’ocupació, per arribar a donar accés en igualtat a la cultura o a l’esport.
La política local ha de recuperar la centralitat que ocupava. És la nostra responsabilitat recuperar el carrer, les opinions de la gent, la proximitat. Tenim un projecte i una idea de país que volem i podem dur a la pràctica. I aquest canvi l’hem d’iniciar nosaltres. Ha de partir del món local. Aquest és camí que hem de recórrer, de baix a dalt.
Per això no podem defugir els debats que hi ha al carrer, perquè són les autèntiques preocupacions dels nostres conciutadans, i esperen que les resolguem. El món local viu la transformació de la societat en directe, segon a segon, i des del PSC hi volem donar les respostes.
La convivència entre diferents cultures, els fenòmens migratoris, la destrucció de llocs de treball, l’accés a l’habitatge, les noves realitats familiars, la creixent exclusió social, la seguretat al carrer, el civisme... són en aquest moment com fulls en blanc on el ciutadà espera llegir-ne la resposta.
Evitar el debat porta a la primera línia de la política formacions polítiques instal·lades en la demagògia, la intolerància i fins i tot la incitació a la violència. És hora de reivindicar la política, el paper que la política ha tingut al llarg de la història en la configuració de la identitat. La ideologia no ha mort, tot no és relatiu ni tot és indiferent, la política no és un problema, és part de la solució, és hora de defensar les virtuts del nostre sistema.
I des del món local, des del projecte socialista municipal hem d’iniciar una revolució positiva que ha de retornar a la política local la dignitat que durant dècades ha fet dels alcaldes i les alcaldesses, dels regidors i les regidores interlocutors directes de la ciutadania.
Per això també hem d’impulsar un gran acord de totes les forces polítiques democràtiques.
Un acord de responsabilitat política i de compromís amb la democràcia per impedir que aquelles formacions polítiques que basen el seu discurs en el populisme demagògic que posa en perill els valors de la democràcia i port a trencar la cohesió social no puguin accedir als governs municipals.
A les darreres eleccions municipals la ciutadania ens va enviar un missatge crític a molts pobles i ciutats. Tot i això, dos milions i mig de ciutadans van decidir tenir un alcalde o alcaldessa socialista. Ciutadans i ciutadanes als que no podem ni volem fallar. Ells són els que ens han d’inspirar, ells i elles són la nostra font d’energia que ens fa aixecar-nos cada matí per treballar per les seves necessitats i són els seus somnis trencats els que ens fan perdre el son a la nit. Som la seva esperança!

Van a por todo

Las mentiras del PP al descubierto. Donde dije digo, digo diego. Así utiliza la mayoría absoluta el Partido Popular de Rajoy

miércoles, 11 de abril de 2012

Hacienda somos todos



Este es el eslogan que desde hace años utiliza la Agencia Tributaria para animar a los contribuyentes a declarar sus ganancias, ya sean por el rendimiento del trabajo o por actividades económicas.
La reciente medida que ha tomado el gobierno del Sr. Rajoy de amnistiar a los defraudadores que han evadido capitales a paraísos fiscales, se ha cargado el famoso eslogan de un plumazo. Una de las características importantes de un estado de derecho es la justicia, la igualdad y la equidad en la fiscalidad a los contribuyentes, pero esta decisión que se ha incluido en los Presupuestos Generales del Estado para este año, pone de relieve que al que trafica con capitales no se le mide con el mismo rasero que al que cotiza por su trabajo. Hay ejemplos diversos de que un simple error en la confección de la declaración de la renta provoca un sinfín de dolores de cabeza, de cartas amenazantes, e incluso de sanción. Otros en cambio, han evadido miles de millones de euros, y ahora podrán repatriarlos a través de la alfombra roja que les ha puesto el gobierno del Partido Popular. Una medida, por cierto, que no es improvisada debido a “las circunstancias excepcionales que estamos viviendo”, si no que más bien es una medida premeditada hace tiempo. Otro engaño más del Partido Popular, ese que reclama transparencia en la gestión pública.
¿Cuál es el mensaje que se está dando? Pues que las leyes, que son iguales para todos, pueden moldearse en función de intereses concretos. Que los delincuentes tienen toda la comprensión del estado, mientras las clases más populares ven incrementado el IRPF (Por cierto, otro engaño del PP, que se comprometió antes de las elecciones a no subir los impuestos). Esto, además de una desmoralización colectiva, debilita la credibilidad de nuestras instituciones, y eso es muy peligroso.
Hace tiempo escribí en este mismo blog que la situación que vivimos no se arreglará mientras exista sumisión del poder político al económico, y eso es lo que ha ocurrido con esta amnistía fiscal o con el espectáculo abochornante que se está dando con el tema de Eurovegas. La política tiene armas suficientes para imponerse a los famosos mercados y al capital, haciendo leyes y normas que vayan encaminadas a salvaguardar los intereses de los ciudadanos. Mientras no prevalezca esta sensibilidad entre un grupo de políticos influyentes, no volveremos a ilusionarnos con el futuro.