Vistas de página en total

martes, 30 de abril de 2013

El desastre económico actual era predecible


Este artículo del profesor Vicenç Navarro incide en el tema que planteaba en mi artículo de ayer. Como siempre, clarificador y con datos contrastados.

El desastre económico actual era predecible
Unos pocos hemos estado diciendo desde que se inició la crisis que las políticas públicas que se están aplicando durante estos años de recesión son profundamente erróneas y están llevando a los países de la Unión Europea (y muy en especial a los países de la periferia de la Eurozona) al desastre. Como era predecible, los hechos que están ocurriendo, con el mayor incremento del desempleo conocido hasta ahora, están mostrando que, por desgracia, llevábamos razón.
En realidad, el problema con el que nos enfrentamos es fácil de entender y de resolver. Hoy el sector privado de la economía está paralizado o en declive debido a la falta de demanda y a la escasez de crédito para que las empresas y las familias puedan invertir y/o consumir. La evidencia de ello es clara, robusta y abrumadora. Ante esta situación, el único sector que puede estimular y hacer crecer de nuevo a la economía es el sector público. Así se salió de la Gran Depresión a principios del siglo XX en EEUU y en Europa. En EEUU, la Administración Roosevelt aumentó la inversión y el gasto público de una manera muy notable, acentuándose incluso más con el inicio y posterior desarrollo de la II Guerra Mundial. En Europa fue este mismo conflicto el que creó un gran aumento del gasto e inversión públicos, que resolvió el problema de la Gran Depresión.
Algo parecido ocurrió después de la II Guerra Mundial cuando se creó una Gran Recesión que fue resuelta mediante una gran inversión y crecimiento del gasto público, estimulados por el Plan Marshall. Y ahora, cuando estamos ya en Recesión, camino de la Depresión, en lugar de aumentar la inversión y el gasto público, los gobiernos de los países de la Unión Europea, y muy en particular los periféricos de la Eurozona (incluyendo España), que tienen mayores dificultades, están recortando el gasto público, lo cual es una enorme estupidez (y no hay otra manera de definirlo).
Esta estupidez se está justificando con el argumento de que la crisis la ha generado el excesivo gasto público, particularmente el gasto público social (que ha proveído una supuestamente excesiva protección social), y unos salarios demasiado altos que han hecho a los trabajadores poco competitivos. De ahí que las soluciones que se derivan de esta explicación consistan en recortar el gasto público, y muy en particular el gasto público social, y bajar los salarios a fin de hacer a la economía más competitiva. Es esta mayor competitividad, con aumento de las exportaciones, la que –se nos dice- nos sacará de la recesión. Y como muestra del éxito de estas políticas públicas se señala la disminución, cuando no eliminación, del sesgo negativo de nuestro comercio exterior. En todos los países que se están aplicando estas políticas, los datos que se utilizan muestran que la balanza comercial se está equilibrando: es decir, las importaciones y las exportaciones están igualándose.
Pero tal argumento está apoyado en un supuesto falso. El equilibrio entre importaciones y exportaciones se debe primordialmente al descenso espectacular de las importaciones, en lugar de un gran aumento de las exportaciones, y ello como consecuencia del colapso de la demanda interior. El reciente informe de la OCDE, March Interim Assessment on the Global Economic Outlook, muestra los datos que avalan lo que estoy diciendo. Ronald Janssen, en su excelente artículo “More Austerian Fairly Tales” en Social Europe Journal (abril 2013), hace un resumen de los datos del informe mostrando los datos para Alemania, Portugal, Irlanda, Grecia, España e Italia. La evidencia es, de nuevo, clara, robusta y abrumadora. Pero tal evidencia continua siendo ignorada por los “austerianos” (economistas favorables a las políticas de austeridad), cuyo dogma neoliberal es impermeable a los hechos y a los datos. Sus creencias, basadas en la fe y no en la evidencia científica, alcanzan niveles nunca antes vistos. España ya sobrepasa los 6 millones de parados y su gobierno continúa con sus políticas de recortes de gasto público, incluyendo gasto público social. El fundamentalismo de tipo religioso que alimenta las creencias neoliberales no es educable.
En realidad, el desempleo está creciendo de una manera muy marcada en toda la Unión Europea, alcanzando una situación extrema en España y Grecia (que son los países que están recortando más). Pero la situación es incluso peor que la que aparece en los datos de desempleo y se ve reflejada en la cifra de población empleada, que ha ido disminuyendo en todos los países, cayendo en picado en España y en Grecia, mostrando la ineficacia de las reformas laborales que se promovían con el argumento de que crearían empleo. En realidad, y tal como algunos predijimos, estas reformas han estado destruyendo empleo. La evidencia de ello es también clara, robusta y abrumadora.
¿Por qué la austeridad?
El lector se preguntará: si la evidencia de que estas políticas públicas son perjudiciales es tan clara, robusta y abrumadora, ¿por qué continúan llevándose a cabo? La respuesta es también fácil, aunque el lector raramente la leerá en los medios de mayor difusión, excesivamente influenciados por los establishments financieros y de las grandes empresas exportadoras (lo que solía llamarse la clase capitalista o también la burguesía financiera y de las grandes empresas y que en EEUU se llama la Corporate Class). La respuesta es que tales establishments, que ejercen una enorme influencia sobre los Estados, están consiguiendo lo que siempre han deseado: el debilitamiento del mundo del trabajo a fin de aumentar sus rentas. Y esto es lo que más les importa. En todos estos países, las rentas del capital están aumentando a costa de un descenso muy notable de las rentas del trabajo. La evidencia es, de nuevo, también clara, robusta y abrumadora. Y esto ha ocurrido incluso con mayor intensidad en los países periféricos de la Eurozona, incluida España.
En realidad, este debilitamiento del mundo del trabajo ha llegado a tal nivel que estos establishments se encuentran suficientemente fuertes para atreverse a desmantelar el Estado del Bienestar (con el argumento, como ha dicho Draghi, el Presidente del Banco Central Europeo, de que “no es sostenible”), incluyendo las pensiones públicas (la joya de la corona). Y veremos ahora cómo el gobierno de Rajoy tomará toda una serie de medidas para desmantelar también la Seguridad Social, privatizando las pensiones y transformando el Estado universalista del Bienestar en un estado asistencial para los sectores más necesitados de la población, referidos en la narrativa dominante como “clases bajas” o “humildes”. Éste es su proyecto (ver el libro que Juan Torres y yo acabamos de escribir, Lo que debes saber para que no te roben la pensión).
Hay alternativas, aunque se nos dice constantemente en los medios de mayor difusión que no las hay
Es fácil ver que hay alternativas. Que no exista plena conciencia a nivel popular de que estas alternativas existen se debe a la falta de diversidad de los medios de mayor difusión. El argumento utilizado por los establishments financieros de que no hay alternativas, o de que las izquierdas se quejan pero no ofrecen alternativas, no se corresponde con la realidad. Es cierto que amplios sectores de las izquierdas gobernantes (pertenecientes a la Tercera Vía) han aceptado el dogma neoliberal. Pero hay izquierdas que sí han hecho propuestas de políticas públicas creíbles y factibles, que continúan silenciadas, cuando no vetadas, en los medios.
En realidad, las soluciones son fáciles de ver. A grandes rasgos, consisten en revertir las políticas de austeridad para estimular la economía y el crecimiento económico, financiándolo con reformas fiscales de carácter progresivo, dando mayor capacidad de intervención al sector público, con la provisión pública de crédito, a base de medidas explicadas con mayor detalle, entre otros lugares, en “Ganas de Escribir”, de Juan Torres, o en mi blog www.vnavarro.org, en la sección de Economía Política. Estas medidas podrían y deberían tomarse incluso sin salir del euro, aún cuando yo no descarto esta posibilidad, pues la peor alternativa, entre todas las existentes, es la de continuar con las políticas que el gobierno está aplicando. Esta alternativa es la peor. Así de claro.
Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

lunes, 29 de abril de 2013

Las falsedades de la política económica neoliberal






Hace días nos conmocionó una notícia alucinante. Resulta que la política económica dominante, basada en la austeridad, al considerar que el déficit público es el gran mal de las economías, se guiaba por un estudio realizado por dos prestigiosos economistas de Harvard (Carmen Reinhart y Kennet Rogoff) que establecían la línea roja de la deuda pública en el 90% del PIB. Traspasar esa línea equivale, mas o menos, a un cataclismo económico.
Economistas también prestigiosos como Paul Krugman o Vicenç Navarro, al que tenemos más cerca, siempre se postularon contrarios a esta teoría.
Pues bien, resumiendo, resulta que esas teorías se basan en unos cálculos erróneos de una tabla de Excel. Así de simple.
Creo que lo que está ocurriendo en nuestro país, con más de 6’2 millones de parados, con miles de familias sufriendo y al borde de la pobreza, es suficientemente serio para que haya cambios estructurales de alto nivel en la economía mundial. Nos va en ello nuestra propia supervivencia. Hay que eliminar los paraísos fiscales (ayer leía que sólo en Suiza hay confinados más de 100.000 millones de euros de españoles), hay que establecer una tasa para las transacciones económicas, y hay que poner en marcha una verdadera política fiscal progresiva, donde verdaderamente paguen más los que más tienen, sin que haya posibilidad de escurrir el bulto con argucias legales.
Estamos llegando a una disyuntiva en la cual sólo hay dos caminos: O se sigue practicando la política económica que quiere el 1% de la población o la que necesita el otro 99%, y mucho me temo que favorecer este cambio de criterio no será pacífico.
El profesor Paul Krugman escribía en el New York Times un artículo relacionado con este tema, titulado “la solución del 1%” , que ha sido traducido y publicado el pasado día 28 en el diario El País.
Vale la pena leerlo.



La solución del 1%
Los debates económicos rara vez terminan con un KO técnico. Pero el gran debate político de los últimos años entre los keynesianos, que abogan por mantener y, de hecho, aumentar el gasto público durante una depresión, y los austerianos, que exigen recortes inmediatos del gasto, se acerca a ello, al menos en el mundo de las ideas. En estos momentos, la postura austeriana ha caído por su propio peso; no solo es que sus predicciones sobre el mundo real fuesen completamente erróneas, sino que la investigación académica que se invocaba para respaldar esa postura ha resultado estar plagada de equivocaciones, omisiones y estadísticas dudosas.
Aun así, sigue habiendo dos grandes preguntas. La primera: ¿cómo llegó la doctrina de la austeridad a ser tan influyente en un primer momento? Y la segunda: ¿cambiarán en algo las políticas ahora que las principales afirmaciones austerianas se han convertido en carnaza para los programas de humor de madrugada?
Sobre la primera pregunta: la preponderancia de los austerianos en los círculos influyentes debería inquietar a cualquiera a quien le guste creer que la política se basa en hechos reales o, incluso, que está muy influida por ellos. Después de todo, los dos principales estudios que ofrecen la supuesta justificación intelectual de la austeridad —el de Alberto Alesina y Silvia Ardagna sobre la “austeridad expansiva” y el de Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff sobre el peligroso “umbral” de la deuda, situado en el 90% del PIB— tuvieron que enfrentarse a críticas devastadoras nada más publicarse.
Y los estudios no resistieron un análisis pormenorizado. Hacia finales de 2010, el Fondo Monetario Internacional (FMI) refundió el estudio de Alesina y Ardagna con datos mejores e invalidó sus hallazgos, mientras que muchos economistas plantearon dudas fundamentales sobre el de Reinhart y Rogoff mucho antes de que conociésemos el famoso error de Excel. Por otra parte, los acontecimientos del mundo real —el estancamiento en Irlanda, que fue el primer modelo de austeridad, la caída de los tipos de interés en Estados Unidos, que se suponía que iba a enfrentarse a una crisis fiscal inminente— rápidamente convirtieron las predicciones austerianas en sandeces.
Sin embargo, la austeridad mantuvo e incluso reforzó su dominio sobre la opinión de la élite. ¿Por qué?
Parte de la respuesta seguramente resida en el deseo generalizado de ver la economía como una obra que ensalza la moral y las virtudes, de convertirla en un cuento sobre el exceso y sus consecuencias. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, cuenta la historia, y ahora estamos pagando el precio inevitable. Los economistas pueden explicar hasta la saciedad que esto es un error, que la razón por la que tenemos un paro tan elevado no es que gastásemos demasiado en el pasado, sino que estamos gastando demasiado poco ahora y que este problema puede y debería resolverse. Da igual; muchas personas tienen el sentimiento visceral de que hemos pecado y debemos buscar la redención mediante el sufrimiento (y ni los argumentos económicos ni la observación de que la gente que ahora sufre no es en absoluto la misma que pecó durante los años de la burbuja sirven de mucho).
Pero no se trata solo del enfrentamiento entre la emoción y la lógica. No es posible entender la influencia de la doctrina de la austeridad sin hablar sobre las clases y la desigualdad.
A fin de cuentas, ¿qué es lo que quiere la gente de la política económica? Resulta que la respuesta depende de a quién preguntemos, una cuestión documentada en un reciente artículo de investigación de los politólogos Benjamin Page, Larry Bartels y Jason Seawright. El artículo compara las preferencias políticas de los estadounidenses corrientes con las de los muy ricos y los resultados son reveladores.
Así, al estadounidense medio le preocupan un poco los déficits presupuestarios, lo cual no es ninguna sorpresa dado el constante aluvión de historias de miedo sobre el déficit en los medios de comunicación, pero los ricos, en su inmensa mayoría, consideran que el déficit es el problema más importante al que nos enfrentamos. ¿Y cómo debería reducirse el déficit presupuestario? Los ricos están a favor de recortar el gasto federal en asistencia sanitaria y la Seguridad Social —es decir, en “derechos a prestaciones”—, mientras que los ciudadanos en general quieren realmente que aumente el gasto en esos programas.
Han captado la idea: el plan de austeridad se parece mucho a la simple expresión de las preferencias de la clase superior, oculta tras una fachada de rigor académico. Lo que quiere el 1% con los ingresos más altos se convierte en lo que las ciencias económicas dicen que debemos hacer.
¿Realmente redunda en interés de los ricos una depresión prolongada? Es dudoso, dado que una economía próspera suele ser buena para casi todo el mundo. Lo que sí es cierto, sin embargo, es que los años transcurridos desde que tomamos el camino de la austeridad han sido pésimos para los trabajadores, pero nada malos para los ricos, que se han beneficiado del aumento de los rentdimientos y de los precios de las acciones aun cuando el paro a largo plazo empeora. Puede que el 1% no desee realmente una economía débil, pero les está yendo lo bastante bien como para dejarse llevar por sus perjuicios.
Y esto hace que uno se pregunte hasta qué punto cambiará las cosas el hundimiento intelectual de la postura austeriana. En la medida en que tengamos una política del 1%, por el 1 % y para el 1 %, ¿no seguiremos viendo únicamente nuevas justificaciones para las viejas políticas de siempre?
Espero que no; me gustaría creer que las ideas y los hechos importan, al menos un poco. De lo contrario, ¿qué estoy haciendo con mi vida? Pero supongo que veremos qué grado de cinismo está justificado.
Paul Krugman es profesor de economía de Princeton y premio nobel de 2008





domingo, 21 de abril de 2013

26è Sant Jordi a la Rambla



Avui s`ha celebrat la 26ena edició del Sant Jordi a la Rambla a Ripollet. Ha estat, com sempre, un dia magnífic, on milers de veïns i veïnes han sortit al carrer a gaudir de les diferents activitats que ha organitzat l‘entitat local de la CRAC.
El dia ha acompanyat i ha afavorit que s’hagi pogut desenvolupar tota la programació. Especialment al matí, on 62 entitats locals han posat color a la festa a través dels seus stands, un gran aparador per donar a conèixer les seves activitats.
Aquest any, a més de la col·laboració de les entitats, de les diferents actuacions, i de la fira d’artesania, hi ha hagut dos novetats importants. La primera, l’adhesió de la festa a l’any Espriu. Aquest any es commemora el centenari del naixement del gran poeta català i Ripollet també s’ha volgut sumar a aquesta iniciativa i donar a conèixer la seva obra. A partir de les onze del matí s’han llegit textos dels seus llibres per representants de les diferents entitats i associacions del poble, així com de representants polítics locals (la foto correspon al meu torn, que ha estat l’inici de la lectura).
La segona ha estat el canvi que s’ha donat a la Fira gastronòmica, per modernitzar-la i adaptar-la als nous temps. D’aquesta manera, s’ha convertit en la Fira “Tapes 2.0” on els hostalers locals ens han delitat amb les seves suculentes tapes i d’altres productes.
La Coral del Vallès, l’entitat degana del poble, ens ha ofert el concert de caramelles. Tot un privilegi en un dia ple d’emocions, que em fa sentir orgullós de viure i representar aquest poble.
 http://www.revistaderipollet.cat/?p=5588
 http://www.revistaderipollet.cat/?p=5593


martes, 16 de abril de 2013

El gran fraude de las participaciones preferentes según el Defensor del Pueblo y analistas financieros


 una interesante reflexión sobre el fraude de las participaciones preferentes, el escándalo financiero y la estafa más importante de la historia de España.
Recomendable lectura.

martes, 9 de abril de 2013

El govern municipal satisfet de la gestió realitzada, tot i la conjuntura econòmica

 El govern municipal satisfet de la gestió realitzada, tot i la conjuntura econòmica -Imatge 1-

Tant el PSC com CiU estan satisfets i valoren de forma molt positiva els dos primers anys de legislatura. "Valorem molt positivament el pacte de govern, en un moment complex per a la gestió pública". Amb aquestes paraules ho exposava l'alcalde de Ripollet, Juan Parralejo, a la roda de premsa de valoració, celebrada dilluns, 8 d'abril. Parralejo va destacar l'estabilitat de govern i què, gracies a això, "es poden complir millor els compromisos amb la ciutadania". 

 L'alcalde de Ripollet va explicar que "el Pla d'Acció Municipal sobre el que treballem aquest mandat és diferent al d'altres legislatures, ja que no es basa tant en construir equipaments, com en serveis a les persones". En aquest sentit, Parralejo va anunciar que en fins al moment ja s'ha executat o s'està realitzant el 75% del PAM. A més, a part dels projectes pactats entre PSC i CiU, "també s'han realitzat una desena d'accions fora del PAM, com ara els vestuaris de les piscines o del poliesportiu, els tancaments de l'escola Pinetons i de la Deixalleria Municipal o la reordenació del trànsit.

Quant a la situació econòmica, Parralejo va destacar que, tot i que encara hi ha certes tensions a tresoreria, pel retard de pagaments d'altres administracions, com ara la Generalitat que deu al municipi uns 3,8 milions d'euros, s'està funcionant gràcies a què es van fer uns pressuposts austers. Per a l'alcalde, però, "és important que aquesta austeritat s'ha produït amb la reducció de la despesa corrent, sense que això afecti al ciutadà". D'altra banda, el govern de PSC i CiU, van remarcar l'aposta per augmentar les partides de Serveis Socials i les polítiques d'ocupació. Entre d'altres objectius, el govern també va destacar a la roda de valoració de mitja legislatura que està treballant per "donar suport i col·laboració amb el teixit associatiu, per garantir la realització de totes les activitats que es fan".

En l'apartat d'inversions, arran diferents aportacions provinents d'altres administracions, l'Ajuntament podrà realitzar projectes per un valor total de 4 milions d'euros. Aquests projectes es realitzaran de forma directa per part de l'Ajuntament, per tal de donar feina a persones en atur de Ripollet. Així, es faran reformes a la Biblioteca, al Teatre Auditori i reasfaltat de carrers, entre d'altres projectes.

Quant a la relació amb l'oposició, Parralejo va manifistar que "s'han aconseguit consensos molt importants en moltes mocions al Ple, com ara el tema dels desnonaments, les preferents o el dret a decidir". En aquesta línia, el portaveu de CiU, Xavier Peñarando, tot i coincidir en el consens en molts temes va lamentar "certes actituds puntuals i individuals d'algunes persones que han volgut posar en dubte la nostra transparència o legalitat".

També, per part de CDC, el seu president local, Julià López, va declarar que "la trobada d'avui és molt positiva perquè ens permet reflexionar sobre aquells punts de la nostra gestió que es poden millorar" i que treballen amb l'objectiu que sigui el propi govern municipal qui marqui l'agenda dels temes més transcendents.