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lunes, 26 de mayo de 2014

Gracias Ripollet


Ripollet, una vez más ha votado mayoritariamente socialista. En las elecciones europeas celebradas ayer 25 de mayo, en Ripollet el PSC ganó en 29 de las 34 mesas electorales, siendo la primera fuerza más votada a una gran distancia de la segunda.
Teniendo en cuenta la situación especial que vive Catalunya, con el proceso soberanista de fondo, y una atomización del voto en candidaturas minoritarias, el PSC de Ripollet ha demostrado su fortaleza.
Es evidente que el voto independentista se ha movilizado, puesto se que se le ha querido dar a estas elecciones un significado más allá de la representación en el Parlamento Europeo.
Gracias a todos los militantes y simpatizantes que en el día de ayer dedicaron su tiempo al Partido en las diferentes mesas electorales, y sobre todo, gracias a los vecinos y vecinas que una vez más han votado mayoritariamente al Partido socialista.

Resultados electorales de Ripollet:
http://www.324.cat/eleccions-europees-2014/municipi/ripollet

Para consultar datos por circunscripciones y municipios:
http://www.resultados2014.interior.es/99PE/DPE99999TO.htm


jueves, 15 de mayo de 2014

Ripollet, segon municipi menys endeutat



El Ministeri d’Hisenda acaba de publicar les dades d’endeutament municipal al tancament de l’exercici 2013. Les dades confirmen la bona salut del deute de l’Ajuntament de Ripollet que s’ha rebaixat un 33’8 per cent els darrers 5 anys, fent que Ripollet passi de ser el tercer municipi de més de 20.000 habitants menys endeutat de Catalunya ara fa un any a ocupar el segon lloc, amb un deute de 202’43€ per habitant.
Si les previsions es confirmen, al tancament de l’exercici 2014 el deute haurà baixat fins a situar-se als 187 € per habitant.
En aquests moments de crisi és molt important gestionar el deute per evitar pagar interessos que poden servir per a fer front a l’increment de la demanda de despesa social corrent, especialment un Ajuntament com el nostre amb poca capacitat de generar recursos degut a la limitació del seu terme municipal (4’3 Km2). Aquesta va ser l’aposta del govern municipal de Ripollet al començament de la crisi, i crec que està donant molt bons resultats.
Per altra banda, aquest fet no implica una disminució de la inversió municipal, ja que aquest mandat haurem invertit prop de sis milions d’euros en millores d’instal·lacions municipals, carrers, zones verdes i places, sense comptar la inversió del nou tanatori (2’4 milions d’euros). Pràcticament la totalitat d’aquestes inversions han estat finançades per altres administracions, per la qual cosa, l’Ajuntament no ha necessitat recórrer al deute. A més, la majoria han estat i estan sent executades directament per l’ajuntament o pel Patronat Municipal d’Ocupació, fet que ens garanteix que les persones contractades són aturats i aturades de Ripollet.
Aquestes xifres son el resultat d’un objectiu comú, de la implicació del govern municipal i també dels treballadors de l’Ajuntament. Enhorabona!

http://www.minhap.gob.es/es-ES/Areas%20Tematicas/Administracion%20Electronica/OVEELL/Paginas/DeudaViva.aspx
http://www.economiadigital.es/es/deuda-ayuntamiento.php

Deute per habitant dels municipis de + de 20.000 h. de Catalunya



MUNICIPI  CENS 2013 Deute viu a 31/12/2013
    (milers d'euros)
Deute € / habitant
1 Sant Adrià de Besòs 34.822 4.099 117,71 €
2 Ripollet 37.234 7.537 202,43 €
3 Sant Andreu de la Barca 27.329 6.048 221,31 €
4 Sant Vicenç dels Horts 28.181 7.003 248,49 €
5 Sant Pere de Ribes 28.730 7.453 259,42 €
6 Premià de Mar 28.136 7.381 262,33 €
7 Olesa de Montserrat 23.742 6.494 273,52 €
8 Viladecans 65.444 20.495 313,17 €
9 Palafrugell 22.942 8.379 365,21 €
10 Sant Joan Despí 32.812 13.923 424,33 €
11 Esparreguera 21.926 10.119 461,49 €
12 Sant Feliu de Llobregat 43.769 20.946 478,55 €
13 Esplugues de Llobregat 46.667 22.528 482,73 €
14 Santa Perpètua de Mogoda 25.473 12.301 482,90 €
15 Montcada i Reixac 34.863 16.862 483,67 €
16 Cerdanyola del Vallès 57.642 28.106 487,60 €
17 Prat de Llobregat, el 63.419 31.608 498,40 €
18 Sant Boi de Llobregat 83.408 42.234 506,35 €
19 Vilafranca del Penedès 38.929 20.499 526,57 €
20 Hospitalet de Llobregat, l' 254.056 133.860 526,89 €
21 Masnou, el 22.595 12.169 538,58 €
22 Sant Feliu de Guíxols 21.945 11.913 542,86 €
23 Girona 97.292 53.323 548,07 €
24 Vilassar de Mar 20.030 11.015 549,93 €
25 Pineda de Mar 26.157 14.914 570,18 €
26 Badalona 219.708 127.300 579,40 €
27 Sabadell 207.649 123.997 597,15 €
28 Rubí 74.468 48.687 653,80 €
29 Castelldefels 63.077 41.893 664,15 €
30 Martorell 28.108 19.102 679,61 €
31 Valls 24.649 16.785 680,96 €
32 Barcelona 1.611.822 1.110.000 688,66 €
33 Granollers 59.753 41.174 689,07 €
34 Barberà del Vallès 32.580 23.541 722,57 €
35 Sant Cugat del Vallès 86.108 63.572 738,28 €
36 Figueres 45.123 33.747 747,90 €
37 Vila-seca 21.689 16.841 776,48 €
38 Molins de Rei 24.878 19.516 784,48 €
39 Salt 30.247 23.897 790,06 €
40 Olot 33.981 27.038 795,68 €
41 Amposta 21.511 17.179 798,59 €
42 Salou 26.752 21.912 819,08 €
43 Manlleu 20.435 16.903 827,16 €
44 Mataró 124.099 106.602 859,01 €
45 Santa Coloma de Gramenet 120.029 103.459 861,95 €
46 Lleida 139.809 124.050 887,28 €
47 Mollet del Vallès 51.954 46.191 889,08 €
48 Castellar del Vallès 23.455 21.331 909,46 €
49 Lloret de Mar 40.803 37.408 916,80 €
50 Vic 41.647 38.589 926,57 €
51 Manresa 76.170 73.286 962,14 €
52 Terrassa 215.055 211.276 982,43 €
53 Blanes 39.660 39.130 986,63 €
54 Gavà 46.377 48.291 1.041,27 €
55 Cornellà de Llobregat 86.687 92.289 1.064,62 €
56 Sitges 29.140 36.676 1.258,60 €
57 Igualada 38.978 50.408 1.293,24 €
58 Tarragona 133.545 179.225 1.342,06 €
59 Vilanova i la Geltrú 66.275 91.837 1.385,70 €
60 Tortosa 33.992 50.575 1.487,86 €
61 Cambrils 33.775 55.332 1.638,25 €
62 Calafell 24.563 41.128 1.674,40 €
63 Vendrell, el 36.747 82.983 2.258,22 €
64 Reus 106.790 287.487 2.692,08 €





















Catalunya 7.553.650 5.500.171 728,15 €

Província de Barcelona 5.540.925 3.592.929 648,43 €

Municipis Cat. +20.000 hab. 5.329.631 4.141.848 777,14 €

martes, 13 de mayo de 2014

Raimon, un símbolo de libertad que merece respeto


Dos artículos interesantes publicados estos últimos días: "Antes está el derecho a dudar" publicado por Lluís Bassets en El País el 11 de mayo y "¡No me toquen a Raimon!" publicado en La Vanguardia por Antoni Puigverd el 12 de mayo. Invito a su lectura y a una reflexión serena.


Antes está el derecho a dudar

En la duda y no en la certeza está la clave. Sin duda no hay pensamiento. Tampoco deliberación, ni confrontación racional de argumentos. En la duda y no en la certeza está el fundamento de la ciudadanía activa y en consecuencia de la democracia.
La duda no sirve a quienes quieren reducir la democracia a depositar una papeleta en una urna cada cuatro años. Pero menos sirve todavía a quienes quieren organizar una votación única y definitiva, un vuelco inexorable, determinado por una dinámica de la historia inscrita en los astros.
Los dubitativos, y todavía más los dubitativos conscientes y reivindicadores, son un estorbo para quienes quieren aprovechar una oportunidad inesperada. Las dudas no convienen a creyentes, convencidos y conformistas. Menos todavía a acomodaticios y oportunistas que se han pasado de bando y se han dejado empujar e intimidar. Nadie más intransigente que un converso. En tiempos de hegemonías oceánicas y unanimismos, las preguntas ofenden.
Veamos lo que nos dicen las certezas. La hoja de ruta está ya trazada. No hay marcha atrás. Sí o sí, o incluso sí y sí. Hay líneas rojas que no podemos pisar. Tenemos un calendario y una fórmula irrenunciables. Hay plazos perentorios. Tenemos prisa. No reconocemos ninguna vía tercera o intermedia entre la nada que identificamos con lo que tenemos y el todo que queremos y creemos obtener de inmediato.
¿Qué papel queda para el ciudadano que duda? Quien dude de la fecha, las preguntas y el objetivo histórico, merecerá quedar descalificado, ya no como enemigo de la patria, sino incluso como enemigo de la democracia.
Y sin embargo, la duda no excluye el problema. Al contrario, le da profundidad y amplitud. Si partimos de la duda, podemos al final incluirnos a todos. Si partimos de la certeza dictada por alguien que ha decidido ya el camino y el destino, entonces es seguro que nos dividiremos y fracasaremos. Todos por igual, por cierto.
El problema es real y consistente. Es una cuestión de democracia: una población circunscrita en un territorio perfectamente reconocible no puede ser gobernada civilizadamente sin su consenso, algo que todos sabemos cuándo y por qué se rompió.
El lehendakari Urkullu ha señalado los pasos y el orden de los factores, sea cual sea la sustancia: diálogo, negociación, pacto, y al final, ratificación democrática. El presidente Mas, en cambio, ha situado las urnas por delante, en forma de una consulta para la independencia. Todo lo ha decidido unilateralmente sin pasar antes por unas elecciones con un programa claro como los nacionalistas escoceses: Junqueras sí esgrimió la independencia; CiU, solo el confuso Estado propio dentro de Europa. Mas quiere el derecho a decidir lo que ya está decidido. Por eso quienes dudan estorban.
El derecho a decidir está muy bien. Lo avala el Tribunal Constitucional. Pero antes y por encima está el derecho a dudar, obligación incluso para quien quiera pensar por sí mismo. Y eso es lo que ha avalado en sus declaraciones y en sus recitales, con su tranquila apología de la duda, el último Premi d'Honor de les Lletres Catalanes, Raimon Pelegero.
Ya es notable y merecido que vaya a Raimon el premio que da Omnium Cultural a quien "per la seva obra literària o científica, escrita en llengua catalana, i per la importància i exemplaritat de la seva tasca intel·lectual, hagi contribuït de manera notable i continuada a la vida cultural dels Països Catalans". A fin de cuentas, es el primer cantante y autor de canciones que lo recibe. Pero más notable es que sea porque, en efecto, ha contribuido como muy pocos a la preservación de la lengua y de la cultura de los ciudadanos de habla catalana sin dejar de expresar dudas ni de interrogarse, incluso ahora mismo, en el tiempo de las grandes certezas y unanimidades.
Independencia o asimilación, tal es la dicotomía radical que plantean quienes han impulsado el proceso, convencidos, nos dicen, de que no hay terceras vías en el futuro de Cataluña. Es una tesis que exige la foto fija del actual momento político, desde que han descarrilado los consensos y la crisis ha corroído las instituciones. Desde Valencia y también desde Mallorca, no tan solo es legítimo sino racional y obligado, incluso para la más plena visión catalanista, evaluar la tercera vía con algo más de cuidado. No está claro que la independencia sea más beneficiosa para la unidad de la lengua y la cultura catalanas de lo que pudiera serlo combatir por la continuación de la convivencia de todos los ciudadanos catalanohablantes dentro de una España plural, organizada como un Estado federal y plurinacional.
Si en las dudas de Raimon despunta la tercera vía, no es solo por su temple de intelectual crítico sino también por su preocupación por la unidad catalana y por el futuro de la lengua en Valencia y Mallorca. Omnium Cultural ha premiado, quizás sin calcularlo, la ejemplaridad de sus dudas. Por eso el Premio y los cuatro recitales en el Palau desde el pasado jueves hasta ayer, además de un goce para sus numerosos admiradores y amigos, son una incitación a la duda y un llamamiento a que todos las respeten, tanto las del cantante como de quienes quieran seguir su ejemplo.

¡No me toquen a Raimon!
Ahora es Raimon el problema. Manifestó ciertas dudas sobre la independencia y una numerosísima legión de tuiteros y comentaristas de diarios digitales catalanes sentenció, en los oscuros juzgados de internet, que Raimon sea expulsado del templo de la catalanidad. “¡Vete a Valencia –le dicen– con los del PP!”. Esta es la grosería más dulce que le vomitan encima. No son cuatro insensatos. Son muchísimos. Tantos, que deben ser considerados, no anécdota, sino categoría. Se burlan de la trayectoria de Raimon. Lo tratan de miserable, vendido y cobarde.Saben que Raimon ha sido excluido de su País valenciano precisamente porque desde hace 50 años, habiendo nacido en la calle Blanc de Xàtiva, es el emblema de la unidad de la lengua de Llull, March y Rodoreda. Saben que sin Raimon, sólo los eruditos podrían citar ahora versos de Ausiàs March, Roís de Corella o Espriu. Sin Raimon, la lengua catalana quizá no habría llegado a la democracia en condiciones de ser protegida, ya que, en el inacabable silencio de la dictadura, fueron muchos los que, a pesar de haberla recibido de los padres, ya no la usaban ni en la calle, ni en las tiendas, ni cantando bajo la ducha.Cuando los Sírex y Mustang, por legítimas y naturalísimas ganas de vender discos, componían sus éxitos en castellano y salían cada domingo en Escala en Hi-Fi de la televisión franquista en blanco y negro, Raimon componía y cantaba en su lengua natal y, por ello, era vetado en radio y televisión. Sus recitales eran prohibidos o parcialmente censurados, siempre férreamente vigilados. Sin Raimon, la cançó no habría alcanzado ni el vuelo interior ni la proyección internacional que conquistó. Cuando, por miedo o por comodidad, la mayoría de los catalanes callaban y se acomodaban al franquismo, Raimon cantaba a pecho descubierto y avanzaba el amanecer democrático.Raimon es, por encima de todo, un artista originalísimo, con un sentido musical extraordinario, que ha avanzado a contraviento, desafiando las modas pop, folk y rock que han imperado en su época. Sin olvidar otra de sus grandes virtudes: es un poeta delicioso.Si los más intransigentes partidarios de la nación catalana desprecian el formidable bagaje de Raimon es que se ha producido una mutación aberrante en una parte del catalanismo. Una mutación pariente de la estridencia de Beppe Grillo y del tremendismo de Roberto Calderolli. Al detectarse esta ola subterránea, sulfurosa y excluyente, debería haber encendido una luz de alarma, en los partidos y organizaciones soberanistas.Raimon es el flamante Premi d’Honor de este año, un galardón que Òmnium concede para honrar a una gran obra cultural y a una personalidad ejemplar al servicio de la cultura catalana. Pero Muriel Casals no lo ha defendido. Lo ha justificado: “Hay gente que necesita más argumentos para tomar su decisión y otros que lo tienen muy claro”. No, Muriel, no es esa la respuesta que requerían los miserables ataques que ha recibido Raimon, desde que Sílvia Cóppulo lo entrevistó. Estas legiones que vociferan en el circo del populismo, amparadas en el secreto, pero cobijadas por medios no sólo digitales, no pueden ser puestas en el mismo plano que Raimon. He echado de menos que alguien (no sé: el presidente de la Generalitat o la propia presidenta de Òmnium), con ese tono indignado que a veces gastaba Pujol, exclamara: “Però qui s’han cregut que són, aquests!”.Siempre he temido la división social catalana, pero hoy no hablamos de eso. No hablamos tampoco de violencia política (entre otras razones porque Raimon, como tantos valencianistas, con el añorado Joan Fuster al frente, ha notado durante décadas, y continúa notando, los efectos de la exclusión, la censura y el sabotaje cultural: en la Valencia actual los ciudadanos españoles más inquietos encontrarán rastros de intolerancia institucional, violencia soterrada y persecución de minorías). No. Hoy hablamos de la división en el interior del catalanismo.Sectores populistas intentan aprovechar el desplazamiento del eje catalanista hacia el independentismo para asaltar su dirección. Prueba fehaciente de ello son los ataques furibundos y masivos contra Raimon. Mirar para otro lado, como hacen los presidentes de clubs de fútbol con sus ultras, es una manera de darles la razón.El nacionalismo catalán hace ya décadas que les regala razones. Cuando explica el pasado inmediato, por ejemplo.Los jóvenes independentistas creen que las generaciones catalanas de la transición fueron blandas, cobardes e ingenuas, al pactar la recuperación de los derechos de Catalunya. Les han explicado un relato falso. Dejando de lado la valoración positiva o negativa de aquella transición, un hecho está fuera de discusión: salvo excepciones como la de Jordi Pujol, el nacionalismo catalán fue muy débil durante el franquismo. Y llegó corto de tamaño a la transición. El antifranquismo catalán era catalanista, habló a menudo andaluz y siempre vinculaba la reivindicación de los derechos sociales a la de los culturales. El catalanismo antifranquista era conciliador e inclusivo; defendía el mínimo común denominador y estaba abierto a la España democrática. Raimon fue entonces pieza clave. Quien salvó las palabras fue él; y gente como él. Gente heroica y anónima que arriesgaba el tipo cada día por este país (mientras la mayoría de los catalanes, incluidos los nacionalistas, callaba, prudentemente, y esperaba tiempos mejores). Hace demasiados años ya que aquella gente heroica es acusada de blanda, cobarde y mezquina. ¡No me toquen a Raimon! Hasta ahí podíamos llegar.