El pasado martes, conocido ya como “martes negro” cuatro mujeres murieron a manos de sus parejas o exparejas. Ayer miércoles, dos mujeres más fueron agredidas y acuchilladas por sus compañeros sentimentales.
Parece increíble que en pleno año 2008 puedan pasar estas cosas en un país que se dice civilizado. Leyes específicas para combatir la violencia de género, juagados especiales para atender estos casos, policías formados profesionalmente para dedicarse en exclusiva a combatir este lacra… todo esto es loable, supone un gran esfuerzo, pero NO ES SUFICIENTE!.
¿Porqué fallamos en este tema? ¿Porqué nos hemos acostumbrado a que sea normal que más de 70 mujeres mueran al año por violencia de género? ¿Qué hubiera pasado si en el año 2007 hubiesen muerto 71 personas a causa del terrorismo? ¿Qué habría pasado si el martes en vez de cuatro mujeres asesinadas por sus parejas hubiesen muerto cuatro personas en un atentado de ETA o de algún grupo islamista?
Pues seguramente ahí está la respuesta: estas muertes nos parecen de segunda categoría frente a las otras.
Mientras los responsables políticos no se decidan a darle la importancia que tiene, y no haya un gran pacto de Estado (partidos políticos, comunidades autónomas, ayuntamientos, jueces y policías) no acabaremos con este problema endémico.
¿Acaso estas muertes no merecían paralizar la campaña electoral y dar un mensaje claro de rechazo y de concienciación social? ¿Se hubiera actuado igual si hubieran sido a causa de un atentado terrorista?
Definitivamente, por desgracia, no todas las muertes son iguales.
Desde aquí quisiera tener un recuerdo para Laura de 22 años, María Victoria de 49 años, Mª Jesús de 54 años y Vilma de 44 años.
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