Una de las noticias de hoy, es la notable bajada del número de muertos en la carretera durante este puente de mayo. Aunque únicamente hubiese un muerto, debería ser motivo de preocupación, no faltaría más, al igual que cualquier muerte producida cuando se trabaja nos ha de preocupar de igual manera, y qué decir tiene de las muertes producidas por los fanáticos terroristas, o las que nos deja la violencia de género, por ejemplo. Y esta sensación que todos tenemos se produce porque consideramos de que son muertes evitables. De hecho, excepto las muertes por causas naturales, es decir, porque nos ha llegado la hora, biológicamente hablando, y las causadas por enfermedades sin solución médica, el resto, son evitables.
Nuestra sociedad ha avanzado mucho, en cuanto a prevenir muertes se refiere. Hemos conseguido combatir plagas que diezmaban la población de países enteros hace tan sólo doscientos años, el avance de la medicina y de la investigación nos salvaguarda a través de vacunas de posibles enfermedades, a través de la prevención. Pero por el contrario, esta misma sociedad, no ha sido capaz de eliminar conflictos y guerras que siegan la vida de miles de personas cada día en todo el mundo, ni tampoco erradicar la pobreza, ni el hambre que se lleva a otras tantas.
En Catalunya, este fin de semana han muerto cuatro personas en la carretera, y estadísticamente es un buen dato, porque baja considerablemente las muertes de años anteriores en estas mismas fechas. Esto quiere decir que aunque sea poco a poco nos vamos concienciando de que reducir estos datos depende de nosotros, y en este sentido, creo que hay que felicitar a la Dirección General de Tráfico por su constante campaña de sensibilización seria, sin tratarnos como a ignorantes. Estamos empezando a comprender la importancia que tiene respetar las normas. Cada vez más, vemos que el comportamiento en las carreteras y autopistas es más prudente, y cuando no es así, llama la atención, y eso es bueno. Por fin, se empieza a aplicar la mano dura con aquellos incívicos que conducen sin carnet o sin seguro. ¡Ya era hora!, porque se había instalado una especie de impunidad generalizada que dejaba indefensas a todas aquellas personas que cumplen con sus obligaciones.
Espero que esta sensibilización tenga continuidad y se vaya consolidando, tal y como lo ha hecho en otros países europeos.
Otra noticia del día, es la muerte de al menos 10.000 personas en Myanmar (antigua Birmania) a causa del ciclón Nargis. ¿Son inevitables estos fenómenos atmosféricos?, pues no, ya que el hombre poco puede hacer ante la madre naturaleza. ¿Puede el hombre prevenirlos?, Yo creo que sí, y aquí es donde existe una gran diferencia entre el llamado primer mundo y el resto. ¿Puede prepararse el hombre para resistir estas inclemencias? Sin duda. Si no, hagámonos la siguiente pregunta: Si este ciclón hubiese ocurrido en Japón, por ejemplo, ¿Habría habido tantos muertos?. Todos sabemos que no. Por lo tanto, estas muertes, o al menos la mayoría de ellas, son evitables.
Mientras nosotros dedicamos esfuerzos y recursos para reducir nuestras cifras de muertos en la carretera, en otros países mueren miles de personas, y desde aquí tendemos a verlo como inevitable, lejano.
Seguramente, nos produce más impacto la primera noticia que la segunda. En este tema, parece que no ha llegado todavía la globalización.
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